Hace algo más de tres años estuve por primera vez en la Serranía de Cuenca, volví hace un par de meses, como podéis ver aquí.
Aunque hay lugares espectaculares en la geografía española (como Los Pirineos, Los Montes de Europa, etc.) esta zona es mi favorita. Cuando estoy allí siento como si recargara pilas. Estoy eufórica, alegre, activa, inspirada, sociable y sensible. Estoy conectada. Se que suena raro y un poco místico... pero seguro que sabéis de lo que hablo. Todos en algún momento, hemos sentido una conexión especial con un lugar, con todo lo que nos ofrece. Seguro que recordáis un instante de paz, de alegría injustificada, de cierta nostálgia al recordarte allí, al estar allí. A eso me refiero. Cada vez que vuelvo me siento como en casa, me siento viva. Es una certeza interior, una verdad rotunda.
Todas estas sensaciones se concentran en un lugar en concreto: La Herrería. La ví por casualidad la primera vez que estuvimos. Se encuentra aislada en un valle, a los pies de un riachuelo y rodeada de bosque. Paramos el coche para verla y al acercarnos sentí una eufória total, definitiva. Desde entonces he vuelto una vez más, con el mismo resultado. Esa es mi casa. Pienso en ella a menudo, le hago cambios en mi mente, la arreglo y la recupero. Hasta he hecho una carpeta en Pinterest con cosas que compraría para ella...
No se trata de un sentimiento romántico, de una visión idealizada de la vida rural. Creo que si tuviera la oportunidad de gestionarla podríamos crear un espacio sostenible y responsable, un lugar de encuentro y aprendizaje para quien lo necesitara. Hacer una casa acogedora para artistas que necesitan inspiración, para grupos que quieren aprender algo, para botánicos y biólogos, para deportistas y senderistas. Para cualquiera que necesite un lugar inspirador para tomar decisiones, desarrollar una actividad, etc.
Recuperarla para ellos es mi sueño, mi proyecto.
Sólo quería compartirlo con vosotros para que no se me olvide, para darle fuerza.
Gracias.
Three years ago I went for the first time Serrania de Cuenca. I went to visit this place, once again, about two months ago, as you can see here. Although there are spectacular places in the Spanish territory (such as the Pyrenees, the Peaks of Europe, etc..) this is my favorite spot. When I'm there, I feel like my batteries are full. I'm happy, active, inspired, sociable and sensitive. I am connected. I know it sounds a bit strange and mystical ... but surely you know what I mean. Everyone, at some point, have felt a special connection to a place, and with all that it offers. Sure you remember a moment of peace, spontaneous joy, a certain nostalgia when you come back. Every time I come back from this place I feel like I'm alive. It is an inner certainty, a resounding truth.
All these feelings are concentrated in a particular location: The abandoned Blacksmith estate. I saw it for the first time by accident. It is an abandoned house in a valley surrounded by forest. Nearby there is a river bench with its constant music. We stopped the car to see it and when I got closer I felt an overwhelming euphoria. Everytime I revisit it I get the same feeling. That's my house. I think of it often, I do some remodelling to the space in my mind, I rebuilt it, I rehabilitate it. This is so true that I even made a folder on Pinterest with things I would put in that house ...
This is not a romantic feeling of an idealized vision of rural life. I think if I had the opportunity to be the manager of this space I could create a sustainable meeting place for learning and enjoying nature with every single of its pleasures and also resposabilities. I would make the effort to build a welcoming house for artists searching for inspiration, for groups of botanists, biologists, for athletes and hikers, for anyone who needs an inspiring place to make decisions, develop an activity, etc..
The restoration of this place is my dream, my project.
I wanted to share it with you, so I never let it fade and keep believing on it.
Thank you.
3 comentarios:
Bonito sueño!
Genial! Yo tb tengo fichada una casita perdida en un monte del sur con el mismo fin, así que mucho ánimo guapa que a todo se llega :)
Hola! me gusta mucho tu blog. He visto este post y me he sentido identificada. Yo también he estado buscando casas antiguas en el campo (por soñar que no quede) y he visto que algunas cuestan muy poquito (para lo que cuesta una casa, quiero decir). A lo mejor por unos 10000 e alguien te vende una casa heredada que se cae a trozos y que no quiere para nada. Todo sería cuestión de buscar al dueño... Mucha suerte!
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