24.12.12

¡Feliz Navidad!

La Navidad es una festividad compleja. Hay personas que la aborrecen, otras que detestan comprar regalos, las hay que no soportan las cenas... por otro lado están los que las adoran y decoran toda la casa, llevan el calendario de adviento al día y buscan pacientemente regalos y postales, cenan con los compañeros de trabajo y disfrutan de las comidas familiares. 
Personalmente he tenido una relación variable con estas fechas. Hubo una época no tan lejana, cuando era adolescente, que pensar en la Navidad me llenaba de una nostálgia poco justificada. Las comidas familiares me aburrían y solía quedarme en silencio en un rincón, sin hablar mucho y observando al márgen el despliegue de relaciones sociales que me envolvía. Nunca llegué a rechazarlas, pero reconozco que durante un tiempo me fueron ligeramente indiferentes.
Sin embargo mi relación con las Navidades pasó una época dorada, cómo no, en la infancia. Tengo recuerdos absolutamente maravillosos: escribir la carta a Sus Majestades los Reyes Magos, poner las zapatillas debajo del árbol, preparar comida y bombones para los camellos... todo era especial y estaba vivo, lleno de emoción y posibilidades. El centro de toda esta mágia era mi madre: ella era capaz de hacer una fiesta de cualquier detalle, preparaba el ambiente y llenaba nuestros corazones de alegría. Recuerdo que los regalos nos hacían mucha ilusión, pero lo que más expectación me causaba era la visita de aquellos seres extraordinários. 
Este año me vienen a la cabeza todos esos recuerdos, todas las alegrías de entonces, todos los anhelos. Y esas emociones son las que ganan la partida, y hacen que quiera poner detalles navideños en casa, que acaricie las naranjas y coma turrones. Que piense en mi família y que las cenas y comidas me hagan ilusión. 
Tal vez me estoy haciendo mayor. De todos modos, muchas gracias mamá por enseñarme a disfrutar de estas fechas, espero poder transmitir tu legado a generaciones futuras y compartir esa mágia que aun sigue viva en mi recuerdo.

 
 
 
 
 
 

Christmas Holiday is a complex event. Some people hate it, others hate buying gifts, others can't stand the family meals ... On the other hand, there are people who love to decorate the house, follow the holiday schedule day-by-day, patiently search for the perfect gifts and postcards, and really enjoy those dinners with co-workers and family.

Personally, I have had a variable relationship with these dates. There was a time, not so long ago, when I was a teenager, when Christmas was not for me: all those boring family meals where I used to stay quietly in a corner, not talking much and watching the unfolding of social relations. I recognize that during some years I was somewhat indifferent to these holidays.

However, my relationship with Christmas did pass through a golden age. Of course, it was during my childhood. I have wonderful memories of those times: writting letters to the Kings, putting the socks under the tree, preparing food and sweets for the camels ... everything was special and alive, full of excitement and possibilities. The center of all this magic was my mother. She was able to make a great deal out of nothing, out of any detail. She thoroughly prepared the atmosphere and filled our hearts with joy. I remember the gifts, we were so very happy. But what really interested me the most was the visit of those extraordinary beings (the Kings and camels).

This year all those memories came to me, all the emotions of those times, and all that magic. In the end, the feeling is like a perfume that still lives on, and makes me want to have Christmas details at home, eat oranges and turrones. To think about my family and remember the good times with hope.

Maybe I'm getting older... anyway, thank you very much mom for teaching me how to enjoy these holidays. I can only aspire to do half of what you did for me in the future.

1 comentario:

felina dijo...

Muchas gracias hija,como tu dices la magia existe,solo hay que encontrarla en lo que hacemos y en el día a día. Viendo las cosas maravillosas que hacéis estoy segura de que la habéis encontrado.Te quiero.