31.3.13

El placer de las cosas sencillas

Hemos pasado un par de días con unos amigos en el monte. Tienen una pequeña casita en medio de la montaña, a la cual hacía mucho tiempo que no iban. Nos han invitado a pasar una noche allí para disfrutar juntos de la sencillez del paso del tiempo. 

Llevamos comida y sacamos los juegos de mesa que tenían guardados en los armarios. Disfrutamos de un día y noche de risas, paseos y comilonas junto al fuego. Por la noche el viento silvaba entre las ventanas de aluminio, y en los momentos de calma se podían escuchar los cantos de los pájaros y el vuelo de los insectos de flor en flor.

Rodeados de olivos y almendros, paseamos recogiendo hierbas aromáticas: tomillo, romero, salvia... todas ellas en flor y llenas de vida.
Al volver a casa, los gatos nos han recibido extrañados, olíamos a tierra, humo y plantas. Ha sido muy relajante. Ir a la montaña me hace sentir más viva.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

We spent a few days with some friends in the mountains. They have a small house right in the middle of the woods. They haven't been there for a long time now. We were invited to spend a night together with them to enjoy the passing of time. 

We took some food with us and took some board games out of the lockers. We enjoyed a day and night of laughs, strolls and feasting by the fire. At night the wind whistled in the aluminum windows and in the quiet moments you could hear the birds sing and insects flying from flower to flower. 

Surrounded by olive and almond trees, we collected herbs: thyme, rosemary, sage ... all in bloom and full of life. 
When we came back home our the cats were confused: we smelled like earth, smoke and plants. It was very relaxing. Going to the mountains makes me feel more alive.

24.3.13

Caperucita Roja, un cuento sin final feliz

Todos conocemos la historia de Caperucita Roja, forma parte de nuestro universo infantil. Hay numerosas versiones donde el Lobo termina escarmentado, huyendo o incluso muerto a manos de un leñador que rescata a la pobre Caperucita y su abuelita tras ser engullidas. Sin embargo, la historia original proviene de la tradición popular y fue recogida por Charles Perrault hace más de 300 años (Cuentos de Antaño). Por aquel entonces las historias que se contaban a los niños no se limitaban al entretenimiento, traían consigo una moraleja que pretendía aleccionarlos o avisarles de los posibles peligros que podían encontrarse en el mundo exterior. Si era necesario, se utilizaban historias duras e incluso crueles donde los protagonistas sufrían las cosecuencias de sus errores. No se tenía tan en cuenta la sensibilidad de los infantes, ya que en muchos casos se buscaba crear miedos y aprensiones en ellos para evitar de este modo que se acercaran a los focos del peligro (el Hombre del Saco, El Lobo Feroz, La Bruja del Bosque... personificaciones de "extraños" que quieren dañar a los niños, raptarlos, comerselos, etc).

Sin embargo los Hermanos Grimm reunieron de nuevo estas historias, incluyendo algunas de la Europa Central, modificando algunos de los finales o incluso eliminando partes de la historia que podían resultar demasiado duras o aterradoras para los niños de la sociedad victoriana. Esto sucedió por ejemplo con el cuento de los hermanos Hansel y Gretel. Hoy nos explican que se perdieron en el bosque, cuando la historia original contaba que fueron sus padres quienes los abandonaron en la espesura al no tener forma de alimentarlos (de ahí que estuvieran demasiado delgados para la bruja que después quieres comérselos).

 

En el caso de la famosa Caperucita, la historia original no la salva de su confianza en el desconocido Lobo y acaba siendo engullida junto con su abuelita. El leñador que las rescata en el último momento es un añadido posterior para evitar un destino tan cruel. La moraleja que acompañaba este cuentecito rezaba así:

"Vemos aquí que los adolescentes y más las jovencitas elegantes, bien hechas y bonitas, hacen mal en oír a ciertas gentes, y que no hay que extrañarse de la broma de que a tantas el lobo se las coma. Digo el lobo, porque estos animales no todos son iguales: los hay con un carácter excelente y humor afable, dulce y complaciente, que sin ruido, sin hiel ni irritación persiguen a las jóvenes doncellas, llegando detrás de ellas a la casa y hasta la habitación. ¿Quién ignora que lobos tan melosos son los más peligrosos?"

Evidentemente Perrault quiso dar una lección moral contra las jóvenes que entablan relaciones con desconocidos, haciendo especial incapié en el carácter sexual en el que pueden desembocar ciertas actitudes.

Aquí adjuntamos el cuento original, para los nostálgicos y poco melindrosos:

Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja.
Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo.
-Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.

Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:

-Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
-¿Vive muy lejos? -le dijo el lobo.
-¡Oh, sí! -dijo Caperucita Roja-, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.
-Pues bien -dijo el lobo-, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero.

El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.

-¿Quién es?
-Es su nieta, Caperucita Roja -dijo el lobo, disfrazando la voz-, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:

-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.

El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.

-¿Quién es?

Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:

-Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:

-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.

Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:

-Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.

Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo:

-Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!
-Es para abrazarte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene!
-Es para correr mejor, hija mía.
- Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene!
-Es para oírte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡qué ojos tan grandes tiene!
-Es para verte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene!
-¡Para comerte mejor!

Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió.
Fin.

 
 
We all know the story of the Little Red Riding Hood, it is part of our childhood. There are many different versions of this story. There are those where the Big Bad Wolf ends up vexed, fleeing or even killed by the lumberjack, who rescues the poor Little Red Riding Hood and her "swallowed" grandmother. 
However, the original story is more than 300 years old and comes from popular tradition. Such tales and stories were collected by Charles Perrault. At that time, the stories were not told to children as entertainment. They were passed unto the young ones to warn of the possible dangers that could be found in the world. If necessary, they used harsh and even cruel stories where the protagonists often would find terrible consequences for their mistakes. There was no such thing as considering the sensitivity of the infants. It was actually sought to create fear and apprehension in them. This could thus help them to identify where there was danger (The Bogey Man, The Big Bad Wolf, The Witch from the Forest ... they are all personifications of "outsiders" who want to harm children, kidnap them, eat them, etc). 

The Grimm Brothers brought back to life these stories and many others from Central Europe. They changed some endings or even emoved some parts that could be too strong or scary for the Victorian society children. This happened for example with the story of Hansel and Gretel. Today the story is told as children that got lost in the forest. However, the original story is about the survival in the wild of abandoned children by their parents which had no possibility of feeding them (that is why they were too thin for the witch to eat them). 

 

In the case of the famous Little Red Riding Hood, the original story is ment to avoid trusting people you don't know. The woodcutter, who rescues them in the last minute from a horrible death, was an added character. In this way their cruel fate was avoided. The story is accompanied by the following moral:

"We see here that elegant and beautiful adolescent girls are worng to trust everyone. They should not be surprised if the wolf will eat them. We say the wolf because these animals are different: some have an excellent character and good sense humor. They are sweet and stlak in silence, they come from behind into the house and into the room. Who would say that these mellow wolves are the most dangerous ones? ".

Perrault used this story to give a moral lessons against relationships with strangers, with special stress upon the sexual nature. 

 

Here is the original story for the nostalgic:

Once upon a time there was a little girl in a village, the prettiest creature ever seen. Her mother was crazy about her. She was her grandmother greatest love. The good woman had a red riding hood and everyone called her Little Red Riding Hood.One day her mother, having baked a cake, said.-Go see how your grandmother, for I hear she has been sick. Take her some cake and this little pot of butter.The Little Red Riding Hood set out immediately to meet her grandmother who lived in another village. Passing through the forest, she found a wolf, who longed to eat her, but didn't dare to because some lumberjacks were working nearby. The wolf asked where she was going. The poor girl did not know if it was dangerous to talk to a wolf, said:I'm going to see my grandmother and bring her some cake and a little pot of butter.- Does she live far away? -Asked the wolf.- Oh, yes! Said the Little Red Riding Hood. Beyond that mill, in the first house in the village.'Well,' said the wolf, I also want to visit your grandmother. I'll go this way and go you that way. We'll see who gets there first.The wolf ran at full speed down the path that was shorter and the girl linguered in the longest one picking up fruits, running after butterflies and gathering flowers. Little took the wolf to arrive to the Grandmother's house: Knock, knock.- Who is it?-It is your grandaughter, the Little Red Riding Hood. Said the wolf disguising his voice. I bring you some cake and a little pot of butter.The good grandmother, who was in bed not feeling well, shouted:- The door is opened.The wolf opened the door. He jumped over the good old woman and ate her up in a heartbeat. He had been three days without food. He then shut the door and went to Grandma's bed. He waited for Little Red Riding Hood who, a bit later, knocked at the door: knock! knock!- Who is it?It's Little Red Riding Hood. She heard the voice of the wolf. At first she felt scared, but she thought the grandmother must have caught a cold:
 -It is your grandaughter Little Red Riding Hood, I bring you some cake and a little pot of butter.The wolf shouted, softening his voice a bit:- Enter, the door is opened.The Little Red Riding Hood pulled opened the door.

-Put the cake and the little pot of butter upon the stool, and come into bed with me.The Little Red Riding Hood undressed and got into bed and was very surprised to see the grandmother's shape in her nightshirt. She said:'Grandmother, what big arms you have!-To better hug you, my daughter.'Grandmother, what big legs you have!-
To better run, my child.- Grandmother, what big ears you have!-To better to hear you, my daughter.-Grandma, what big eyes you have!-To better see you, my daughter.-Grandma, what big teeth you have!- To better eat you!And saying these words, the wicked wolf pounced on Little Red Riding Hood, and ate her.The End

 

19.3.13

París, el frío y la emoción de una gran metrópolis

Ya hemos vuelto de París. Ha sido mi primera vez en la Ciudad de la Luz y la experiencia ha sido verdaderamente genial. Lo cierto es que no era un destino que me llamara mucho la atención. Es una ciudad polémica, mucha gente me hablaba de ella con admiración y otra tanta con desagrado, pero nunca sentí curiosidad por averiguar qué emoción despertaría en mí. 

Gracias a una estancia de Miguel y a unos amigos con los que hemos ido he podido descubrirla. Y me gusta. Es fría, gris, con nubes, lluvia y aire helado. El metro es largo, como una arteria oculta que conecta todas las áreas de la ciudad y desarrolla una realidad paralela, llena de gente, ruído, pasos y trenes viejos. Huele a mantequilla y gofres, pero también a basura y sudor. Su arquitectura es excepcional, muy cuidada y con personalidad, llena de detalles y rincones.

Tiene escenarios únicos, como la vista del Sena y Notre Dame o el Cementerio de Pere Lachaise (donde he contemplado frente a mí la tumba de Fédéric Chopin, mi pianista favorito), el barrio judío y las galerías de arte. 
Me han encantado sus platos típicos, las baguettes y los croissants, el té, la mermelada y la mantequilla. He comido el mejor sushi de mi vida (mil gracias Léo y Shizuka T.!).  He podido ver "La muerte de Marat", acontecimiento mínimo pero muy importante para mí. He enfrentado miedos recientes (cierto pánico a volar debido a un mal aterrizaje y vértigo, superado en las escaleras de la Torre Eiffel).

Como han sido pocos días nos hemos centrado en los lugares emblemáticos, pero si vuelvo me gustaría conocer más sus rincones, sus boutiques y los barrios menos visitados. Definitivamente, es una ciudad con personalidad.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

We are back from Paris. It was my first time in the City of Lights and the experience was really incredible. The truth is that Paris wasn't a place that I was willing to visit. It's a controversial city. Many people admire it and others totally the contrary, but I had never felt curious about what emotion it would awake in me. 

Miguel was there for short stay and some friends and I decided to go and visit him. And I liked it very much. It's cold, gray, with clouds, rain and chilly air. The metro is huge, like a hidden artery connecting all areas of the city. It conforms a parallel reality, full of people, noise, steps and old trains. The city smells like butter and waffles and sometimes also trash and sweat. The architecture is exceptional, very carefully conserved and with exquisite personality, it is full of details.

The city offers unique sites like the view of the Seine with the Notre Dame Cathedral, the Pere Lachaise Cemetery (where I stood before Frédéric Chopin's grave, my favorite pianist/composer), the Jewish Quarter and art galleries. I loved the food, the baguettes and croissants, the tea, the jam and butter. I have eaten the best sushi of my life (thanks Léo and Shizuka T.!). I have seen "The Death of Marat" a minimal event for mankind, but a very important thing for me. I face some fears: I have flying phobia (due to one bad landing in the past) and I am terribly afraid of heights (but I climbed the Eiffel Tower stairs). 

We only had a few days so we visited the emblematic places, but if I go there again, I would like to know more about the hidden corners, the boutiques and less crowded neighborhoods. It is definitely a city with personality.

14.3.13

El dedo y la Luna

Es el título del libro que me estoy leyendo, escrito por Alejandro Jodorowsky. Se trata de una recopilación de historias cortas, koans y haikus que le contó su maestro, un monje zen japonés. La verdad es que me encanta, porque trata temas que últimamente se aparecen en mi camino. Desde hace unas semanas estoy practicando la meditación y los asuntos sobre la atención, la espera, la expectativa y el descubrimiento de uno mismo a través de ellas me interesan. Cada relato versa sobre un tema y debajo le acompaña una explicación del autor. Os transcribo cuatro que me gustan mucho.

El primero se llama "Las dos gateras". Me gusta porque vivo con dos gatos, claro...y porque comparto la visión que expresa. Algunas veces me han advertido que actúo de forma impulsiva e incluso un poco desordenada cuando me muevo animada por los afectos. Siempre me ha parecido un poco injusto, y en este relato encuentro un apoyo:

Un artista japonés tenía dos gatos, uno grande y otro pequeño. Puso dos gateras en su puerta, una grande y otra pequeña. Un amigo que pasaba por allí se quedó asombrado:
- ¿Por qué dos gateras? ¡Con una sola habría bastado!
- Pero ¿cómo? Así hay una para cada uno.
- ¡Pero veamos! De haber puesto una grande habría servido para ambos.
- Es cierto. No caí en la cuenta.

EXPLICACIÓN DEL AUTOR:
Esta historia es un poco extraña. La encontré en un librito: "El gato y el samurái, cuentos del Japón" (Perusat Stork). Es una colección de historietas iniciáticas que trastornan el sentido de la lógica.
En ésta, hay presentes dos tipos de lenguaje: el del corazón y el del intelecto.
El artista tenía dos gatos mientras que el intelectual no los tenía. ¿Cómo habría podido este último imaginar el amor que sentía el artista por los suyos?.
Cabría pensar que la respuesta del artista revela un espíritu un tanto simplón, o cabría pensar que significa: "Yo no uso el intelecto en aquello que es del orden del amor. El intelecto no tiene cabida en el lenguaje del corazón. Yo quiero hacer los honores a mis dos gatos proporcionándoles una entrada para cada uno. Si el pequeño pasa por la gatera grande es asunto suyo. Hace lo que quiere. Quizá un día el grande se retuerza como un loco para utilizar la entrada pequeña. ¡Lo que a mí me importa es proporcinarle una entrada a cada uno!". Todos tenemos una puerta que nos corresponde. No podemos pasar todos por la misma, por más grande que ésta sea.

La segunda historia me gusta porque soy muy ordenada, necesito tener las cosas "en su sitio", controladas, limitadas. Siempre busco la armonía en mi entorno y a menudo trabajo duramente para mantenerla. Sin embargo, esta historia trastoca mi concepto del orden, me da una lección: no pueden existir límites y control si no se trasgreden de vez en cuando. Se llama "El jardín Zen":

Un maestro zen le pidió a su discípulo que limpiara el jardín del monasterio. El discípulo limpió el jardín y lo dejó en un estado impecable. El maestro no quedó satisfecho. Le mandó hacer de nuevo la limpieza una segunda vez, luego una tercera. Desalentado, el pobre discípulo se quejó: 
- Pero maestro, no hay nada más que poner en orden, que limpiar en este jardín ¡Todo está hecho! 
- Falta una cosa- respondió el maestro.
Sacudió el árbol y algunas hojas se desprendieron, tapizando el suelo.
- Ahora el jardín está perfecto.

EXPLICACIÓN DEL AUTOR
Hay un aspecto ordenado de lo mental que permite al intelecto trabajar dentro del orden y un aspecto desordenado que permite al inconsciente manifestarse. El orden perfecto sólo existe al lado del desorden. El orden total en un jardín mata el jardín. 
 
El tercer relato refleja la conclusión a la que he llegado últimamente, que se puede ver aquí y aquí, sobre el punto de vista y los enfoques que le damos a una misma realidad. Después de pasear largamente por mis laberintos internos, he descubierto que todo depende del cristal con que se mire. Se trata de un trabajo personal, un esfuerzo consciente por no ser cenizo y disfrutar de las cosas buenas que nos da la vida y hacer llevaderas las malas. El nombre de este tercer relato es "El Infierno y el Paraíso":

Un samurái le pidió a un maestro que le explicara la diferencia entre cielo e infierno. Sin responderle, el maestro se puso a dirigirle gran cantidad de insultos. Furioso, el samurái desenvainó su sable para decapitarle.

- He aquí el infierno- dijo el maestro antes de que el samurái pasara a la acción. El guerrero, impresionado por estas palabras, se calmó al instante y volvió a enfundar el sable.
Al hacer este último gesto, el maestro añadió:
- He aquí el cielo. 

EXPLICACIÓN DEL AUTOR:
Al entrar en determinados estados, nos creamos nuestro propio infierno, así como al entrar en otros estados nos creamos nuestro propio paraíso. El infierno y el paraíso dependen de nosotros. 

La cuarta y última historia la transcribo porque me parece una de las actitudes más rectas y más complicadas de alcanzar: relacionarse con los otros sin juzgarlos ni proyectar nuestra manera de ser en ellos. Se llama "Los monjes y los conejos":

Dos monjes estaban sentados en plena naturaleza. Uno de ellos estaba rodeado de conejos y el otro no. El que no tenía conejos a su alrededor le dijo al otro:
- ¡Eres un santo! ¡Es increíble! Todos los conejos están a tu alrededor, mientras que huyen de mí. ¿Cuál es tu secreto?
- No tengo ningún secreto. No como conejo. Eso es todo.

EXPLICACIÓN DEL AUTOR:
Si quieres que uno ser tenga confianza en tí, debes hablarle siendo como un espejo muy puro. En la magnífica exposición de piedras del Jardín des Plantes, hay el más bello espejo de obsidiana que existe en Europa. Tú mismo debes llegar a parecerte a ese espejo, reflejar al otro sin crítica ni proyección.     

Espero que os hayan gustado tanto como a mí.

:)    

"The finger and the Moon" is the title of a book I'm reading, written by Alejandro Jodorowsky. It's a collection of short stories named koans and haikus that were told by his teacher, a Japanese Zen monk. The truth is that I love them. They address some issues that I have recently crossed upon my way. I have been practicing meditation for a few weeks now and we've been doing some work on attention issues, waiting, expectation and self-discovery. Each of these short stories deals with such subjects and are followed by an explanation from the author. I have transcribed four stories that I really liked.

The first is called "The two cat flaps". I like it because I live with two cats, of course ... and because I share the vision expressed. Sometimes I have noticed that I act on impulse and even do things in a little messy way when I move encouraged by the affections. It has always seemed a bit unfair to me, so I find some support within this story:

A Japanese artist had two cats, a large and a small one. He put two cat flaps in his door, a big and a small. A friend who was passing by was surprised by this:
- Why two door?With only one would have been enough!
- But how? There is one for each.
- Look! With just one big door it would have been enough for both.
- It is true. I didn't realize it.


EXPLANATION FROM THE AUTHOR:

This story is a bit strange. I found it in a book, "The Cat and the samurai tales of Japan" (Perusat Stork). It is a collection of stories that  defy the sense of logic. 
In it, there are these two types of languages: that from the heart and the intellect. 
The artist had two cats but the intellectual did not. How could the latter imagine the love he felt for his animals?
One might think that the artist's response reveals a somewhat simple-minded spirit, or it really means: "I do not use the intellect in that which is of the order of love. Intellect has no place in the language of the heart. I wanted to honor my cats by providing each of them with an entry. If the little one passes through the big flap it's its choice. Perhaps one day the big one will twist like crazy to pass through the small entrance. As far as me, I only gave a door to each ". 
We all have our own door. We cannot have all the same one, however large it may be.

I liked very much another story because I'm very organized, I need to have things "in place", controlled, limited. I always seek harmony in my work environment and often I find it hard to keep. However, this story changed my concept of order, it gave me a good lesson: there can't be limits and control if there isn't an occasional transgression. The story is called "The Zen garden":

A Zen master asked his disciple to clean the monastery garden. The disciple wiped the garden and left it in perfect condition. The teacher was not satisfied. He sent him back for cleaning a second time, then a third. Discouraged, the disciple complained:
- Master, there is nothing else to put in order and to clean up in this garden, all has been done!
- Just one thing. Said the master.
He shook one tree and some leaves fell off, covering the ground.
- Now the garden is perfect.

 
EXPLANATION FROM THE AUTHOR: 
Order that allows the intellect to work and some chaos allows the unconscious to manifest. The perfect order exists only near the disorder. Total order in a garden destroys it.

The third story reflects a conclusion I've come to lately. I've written about it here and here. It's about different points of view for a same reality. After a long walk through my internal mazes, I discovered that everything is in the eye of the beholder. Everything is a personal discovery, a conscious effort not to be blue and enjoy the good things that life gives us. The name of this third story is "Hell and Paradise":

A samurai asked his Sensei to explain the difference between heaven and hell. Without answering, the teacher started to insult him harshly. Furious, the samurai drew his sword and was ready to cut his head.
- "This is hell" said the Sensei before the samurai attacked. The warrior, impressed by these words, instantly calmed and returned to sheathe his sword.

In making this last gesture, the teacher said:
- "Here is heaven".

 

EXPLANATION FROM THE AUTHOR:
Upon entering some altered states, we create our own hell, and when we enter other states we create our own paradise. Hell and heaven depend on ourselves.

The fourth and final story I think reflects one of the straightest and more complicated attitudes we can achieve: relate to others without judging or projecting our way of being in them. It's called "The monks and rabbits":

Two monks were sitting in nature. One of them was surrounded by rabbits and the other was not. The one that had no rabbits told the other monk:
- You're a saint! It's amazing! All rabbits are around you, while they flee from me. What is your secret?
- I have no secret. I don't eat rabbit. That's it.
 
EXPLANATION FROM THE AUTHOR:
If you want to be trusted, you must speak as if you were a pure mirror. In the magnificent rock exhibition at the Jardin des Plantes, is the most beautiful obsidian mirror that exists in Europe. You must be like that mirror, reflecting the other without criticism or projection.


I hope you like them as much as me.

:)